Mi corazón está feliz.
Hoy fue uno de esos días donde sientes y sabes que estás en el lugar correcto.
Y eso trae gozo, trae paz.
Fue tan bueno poder volver a servir cargando sillas, inflando globos, dando anuncios, compartiendo con los jóvenes,... Disfruté cada segundo! Pero Dios es tan lindo que no solo me permitió dar, también pude recibir. Y cuánto recibí!
Terminó todo el servicio y mientras esperábamos las últimas coordinaciones, algunas mujeres nos pusimos a conversar. No sé cómo terminamos con Mari contándonos parte de su testimonio. Hasta ese momento, ni me imaginaba todo lo que Dios me hablaría a través de ella. Teníamos que irnos y estaba tan interesante lo que nos contaba que caminábamos y escuchábamos. Nos detuvimos, seguíamos escuchando. Subimos al carro, seguíamos escuchando. Todo el camino hasta casi cuando le tocó bajar, seguíamos escuchando. Ella nos contó muchas cosas, dio muchos ejemplos, pero sobretodo, Palabra de Dios. Cada cosa que dijo tocó mi corazón. Luché para no derramar las lágrimas que sentía se iban formando en mis ojos. Luché! Porque me sentía tan llena de emociones, tan como: "Aaaaah, Dios! Es exactamente como me sentí/siento!" O, "Aaaaah, es exactamente lo que necesitaba escuchar!" Esa mujer es increíble... Dios la usa tanto. Dios la usó hoy tanto!
Cuando solo quedábamos 3 personas en el carro, yo estaba sentada sola adelante. Iba mirando por la ventana, pensando y agradeciendo a Dios por el día de hoy, por haberme permitido servir y por haberme dado Palabra a través del testimonio de Mari. Me quedé pensando en un punto que ella habló casi al final: mi futura generación. Porque justo eso es algo por lo que le he estado pidiendo a Dios las últimas semanas! Motivos para empezar a orar por esto? Muchos. Hasta podría hacer una lista! Pero tardaría mucho en explicarla y no creo que muchos me entenderían. Es más algo entre Dios y yo :) Pero sí, estas últimas semanas he estado orando más que nunca por mi futura generación, por mis futuros hijos. Entonces con eso en mente, empecé a orar y las lágrimas empezaban a caer. Le hice un promesa a Dios... En ese momento, pasábamos por el Cerro San Cristobal y recuerdo pensar: "Oooh, Dios, qué genial hubiera sido que la luz de la cruz hubiera estado prendida! Hubiera sido preciso para este momento, ah! Como una señal! :P" Entonces bajé mi mirada y a medida que avanzábamos vi no solo una cruz... vi 3. Tuve que llorar en silencio. Muchas lágrimas empezaban a caer por mi rostro. Simplemente no podía parar. Por qué? Porque en ese momento Dios puso este versículo en mi corazón:
Gálatas 2:20
"He sido crucificado con
Cristo, y ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en
el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su
vida por mí."
HERMOSO!
Tres cosas que Él me recordó:
1. Segunda oportunidad.
2. Ya no vivo yo.
3. Él me amó y dio su vida por mí.
1. Segunda oportunidad: Porque al hablar de la cruz y de haber sido crucificados con Él, recordé al hombre crucificado junto al mismo Jesús. Recordé la gracia que recibió, esa segunda oportunidad. Segunda oportunidad... :')
2. Ya no vivo yo: Amén. Porque es mi anhelo morir a mí día a día. Que sea más de Él en mí. Que lo que otros vean sea a Jesús, no a Debbie. Que Él controle por completo todo lo que hago, a dónde voy, lo que digo, lo que pienso, lo que siento. Que sea siempre Él. Que sea todo Él.
3. Él me amó y dio su vida por mí: Dios es amor. Y ese amor he experimentado los dos últimos meses más que nunca antes en mi vida. Su amor está llenando todos mis vacíos. Su amor me ha transformado. Su amor me hace ver muchas cosas de una manera diferente y mejor. Porque Dios me ama soy bella, soy especial, soy importante. Y Él dio su vida por mí! Porque así lo hizo, puedo proclamar que soy libre. Soy libre!!
Mi Amado ha estado hablando tanto a mi corazón en este tiempo... TANTO! Y como le escribí hace un ratito a Mari, lo que ella compartió hoy fue como para cerrar con broche de oro estos dos meses a solas con mi Padre.
Estoy tan feliz. Me faltan palabras para expresar cómo me siento. Mi corazón se siente tan a gusto, tan en paz, tan enamorado del más hermoso, del único Dios! Estoy tan agradecida con mi Señor. Él es mi Dios, Señor y Salvador. Él tiene las riendas de mi vida. Solo en Sus brazos he encontrado todo el amor que necesitaba, el verdadero amor. Solo en Sus Palabras he encontrado afirmación. Solo en Él he encontrado seguridad. Solo Él me hace sentir hermosa, bella. Solo Él me hace sentir muy especial y única. Solo Él.
Qué gran verdad.
Jesús es suficiente para mí. Mi Dios está sobre todas las cosas. Él gobierna mi vida. Lejos de Él nada soy. Y yo sé lo que es estar lejos de Él. Sé lo que es sentirse nada. Pero ahora es distinto. Por él soy diferente. Sé que soy amada, Él me regaló una segunda oportunidad y con mi vida y cada parte de mí quiero honrarle... < 3