jueves, 25 de octubre de 2012

Un paso adelante... y dos hacia atrás?!

Hoy tuve uno de esos momentos en los que sientes que retrocediste dos veces el paso hacia adelante que taaaanto te costó dar. Esos momentos donde vuelves a sentirte vulnerable y te preguntas: Es en serio? Otra vez? :(
Sí, es en serio. Sí, otra vez.

Hay cosas que todavía me cuestan. Cuando pienso que voy mejorando y ya casi casi tengo todo bajo control, me doy cuenta otra vez que en verdad yo no tengo el control. Y me frustro. Si hoy derramé lágrimas fue por eso. Me frustro porque todavía siento, todavía pienso, todavía imagino, todavía sueño. Si es que no debería? No lo sé, quizá sí pero no ahora. O quizá no y... En verdad no lo sé. No tengo más cartas bajo la manga y aún si las tuviera, usarlas a estas alturas no me lleva a ningún lado. Aaaah (suspiro...)

Por qué? Porque no se trata de mí y de cómo puedo solucionar algo sola. Se trata de Él y de cómo se va a glorificar a través de todas y cada una de las situaciones que me toquen vivir. 

Entonces hoy cuando honestamente solo quería salir del lugar donde estaba y llorar sola, opté por esconderme un ratito en el baño y decirle al Señor en oración, así, de lo más honesta: Padre, te necesito. Ahora mismo siento que retrocedí lo que tanto me costó avanzar y de verdad me enfada! Perdóname por querer apresurar las cosas. Todo tiene su tiempo, y quizá el tiempo de la completa restauración para mí no ha llegado. Es un proceso! Ayúdame a esperar... Quiero ser una mujer conforme a tu corazón. Sigue moldeándome. Y ahora, dame una sonrisa graaaaande. Tu gozo es mi fortaleza :)

De verdad que cada vez me voy dando cuenta más y más de qué tan diferentes son las cosas cuando decidimos entregarle todo al Señor, hasta nuestras emociones! Creo que sin su ayuda mis emociones seguirían paseándose en una montaña rusa, y en esas de las más bravas! Pero con Él es diferente... y me encanta cómo se siente :)

Bien decía David: 
"¿Por qué estoy desanimado? ¿Por qué está tan triste mi corazón? ¡Pondré mi esperanza en Dios! Nuevamente lo alabaré, ¡mi Salvador y mi Dios!" (Salmo 42:5)
Améeeeeen! Sé que Él sostiene mi mano y guía mis pasos. Es lindo correr a Sus brazotes sabiendo que encontraré refugio inmediato y que es Él el único que puede verdaderamente cambiar mi lamento en danza... :)

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