Mi plan no es más mi plan.

Ayer fue uno de esos días en que digo: no puedo más, sola no puedo más!

Normalmente no soy una persona que planea todo; jamás usé una agenda, y si me compraba una era más por los stickers :) Esa es mi realidad. Soy algo relajada y no me preocupo mucho. Prefiero que las cosas se den solas, me encanta ser sorprendida!

Pero últimamente no sé qué me está pasando. Empezando por el hecho de que manejo una agenda (sin stickers), hasta el hecho de que empecé a planear desde fines de diciembre mis últimos 5 meses en este continente. En menos de 2 semanas ya tenía todo: útlimos viajes y con quién me quedaría, últimas visitas, fecha de regreso, aerolínea, información sobre maletas, todo! Si no planeé qué ropa usaría para regresar es porque en fin jaja. Pero en realidad tenía un 95% planeado. Y se sentía tan bien saber qué va a suceder, cuándo, cómo, a qué hora, con quién...mi plan era perfecto. Nada podía fallar.

Pero falló.

Estas dos últimas semanas vi cómo mi hermoso plan empezaba a desmoronarse.

Preguntaba, buscaba soluciones, pero cada vez era más notorio que empezaba a perder el control. Que esto era algo que no podía manejar, que ya no dependía de mí.

El hecho de saber que no tengo el control me llevó a la frustración. A veces necesitaba respuestas en el acto! Pero no siempre es así, a veces las respuestas no llegan o recibes un 'vamos a ver todavía'. El verbo 'esperar' jamás fue uno que usé con agrado.

Todo esto me llevó a una lucha conmigo misma.

Siempre creí que era muy fuerte. Que de hecho sí extrañaría a mi familia y amigos, pero lo normal. Nada de escándalos jaja Ya tengo 7 meses lejos y recién siento ese Heimweh, esa nostalgia.

Entonces me puse a pensar cómo sería si Dios me manda sola a un lugar X por más tiempo. Lo voy a lograr? Y qué tal si estoy en un lugar muy lejos y debo depender de otras personas económicamente? (ya saben, la vida de muchos misioneros no es nada fácil). El control no estaría en mis manos. Para nada! Allí entra la fe. Allí entra la plena confianza en Dios. Allí es cuando es necesario ponerse de rodillas, dejar que Dios obre, que Él mueva las piezas en Su tiempo.

Soy humana. No soy perfecta y jamás lo seré. Una parte de mí quiere tener el control de todo. La otra parte sabe que así no funcionan las cosas. Creo que este es un tiempo para conocer más a Dios, es un tiempo de preparación para algo que vendrá. Es un tiempo para escuchar y dejar de hacer tantas preguntas. Es un tiempo para conocer quién soy y quién puedo ser en las manos de Dios.

Leí el Salmo 42:5 esta mañana:

"¿Por qué voy a inquietarme?, ¿por qué me voy a angustiar?

En Dios pondré mi esperanza y todavía lo alabaré.

¡Él es mi Salvador y mi Dios!"

Amén!

Recordé lo que había escrito hace poco: "Le prometí al Señor una vez más que en todo momento le cantaré. En los buenos tiempos, así también como en los malos". Y acaso voy a romper esa promesa? No, jamás! :')

Le pedí a Dios paz y Él me la dio. No sé qué va a pasar estos últimos meses, no sé si mis planes y anhelos se cumplirán; solo sé que tengo un Dios muuuy bueno, un Dios fiel. Mi miedo se fue. Tomaré con gozo un sí pero también un no. Sé que lo que venga, vendrá con amor. Sé que lo que venga será Su voluntad. Sé que Él está conmigo y mi vida en Sus manos. Mis lágrimas no son más de frustración, derramo lágrimas de gozo.

Cometí un grave error cuando escribí en una hoja de papel todos mis planes y al final firmé yo. Ya borré mi firma. Dejaré que Dios analice el papel y sea Él quien firme. Si tiene modificaciones que hacer, que las haga...yo estoy bien, tengo paz, gloria a Dios!