viernes, 5 de abril de 2013

Media vuelta? No.

"What a horrible day".
Ese fue mi pensamiento un montón de veces ayer.
Razones? Muchas: Frustración, enojo, tristeza, desesperación, nostalgia... Todo a la vez.

Los últimos días estuve analizándome y llegué a la conclusión de que he estado corriendo en círculos. Ni siquiera caminando... CORRIENDO! Y me molesté conmigo misma porque lo sabía, siempre lo supe! Pero nunca hice algo al respecto, me estaba conformado, me sentía "feliz", me estaba engañando, y sobre todo, engañando a Dios. O eso pretendía!

Qué vino a mi cabeza luego? Gálatas 6:7
"No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará." 

Baaaaam! Take that, Debbie.

Una vez me preguntaron algo así como: cuál ha sido tu mayor decisión? O la que más te costó?
Honestamente, no tenía una respuesta concreta, a decir verdad, no tenía una respuesta. Nunca tuve que tomar una decisión taaan grande o tan trascendental para mi vida. Todo había sido relativamente fácil, y siempre le di gracias a Dios por ello. Pero creo que llegué al punto en que Él pide más de mí. Mucho más.

Mientras corría en círculos, Dios me dio muchas veces la oportunidad de salir de él. Lo intenté! Pero mis decisiones nunca fueron firmes, y me da vergüenza tener que admitirlo... Entonces tenía que llegar el momento en que Dios actuara, ya no tan permisivo, sino firme, decidido a no dejar que Su hija, que Su princesa se estanque. Decidido a hacerme entender, de una manera demasiado clara pero llena de amor, que no quiere esto para mí: no así, no ahora!

Entonces hace un par de días me dijo lo que tenía que hacer. Al oírlo, me sentí como Jonás. Quise correr en dirección contraria, quise tomar un barco que me llevara lejos tan solo para no tener que afrontar el hecho de que Dios me decía: "Sal, ahora. 2 meses. Dame 2 meses." Le cuestioné todo, le expuse mis pros, mis contras, todo. Pero se me acababan las palabras, y él se mantenía firme. "2 meses. Dame 2 meses." -"Oh Señor... por qué? Por qué así?". Le pedí una señal, quizá pensando que no lo haría o que pasaría mucho para que lo hiciera. Pero cómo es Dios, no? Cuando quiere a sus hijos y tiene algo para ellos, hará todo para que suceda.

Porque mi señal llegó ayer. "No tienes nada más que decirme?" Wow. Cerré mis ojos, otra vez luché con Dios en mi mente, luché y luché. Pero ya no podía correr más, ya no podía seguir pretendiendo que no lo escuchaba, porque Su voz fue tan clara. Tan apacible. Tan llena de amor en medio de mi dolor.

Hay una decisión tomada. Y no hay marcha atrás. Ya no.

Justo recordaba hoy alguna otra vez cuando tomé la misma decisión, pero siempre esperando un "no lo hagas, vamos a resolverlo." Esta vez fue diferente. No esperé nada. No quería nada. Solo sabía que tenía que obedecer a mi Padre.

Motivos para esta decisión? Muchos. Y en realidad, ni siquiera empiezan por mí. Pero por primera vez comprendo que a veces es necesario dar un paso al costado por el bienestar, la felicidad, la paz, el crecimiento del otro. Ya no quiero ser más egoísta. Fue suficiente. No quiero interferir con los planes de Dios, quiero que Él haga su obra completa en la vida de los demás, no solo un poquito.

Tengo un dolor en el alma tan grande. Jamás había sentido algo así.
En una de las muchas veces que me levanté esta madrugada, llorando, le pedía al Señor que me quite aunque se un poquito de dolor. "Te estoy obedeciendo, que el dolor se haga más chiquito, aunque sea un poquitito más chiquito." Entonces recordé una frase del Salmo 23: "Confortará mi alma..." Con eso pude dormir.

La verdad es que me siento un completo desastre. Siento que todo es un caos dentro de mí. Pero de alguna manera, hay paz. No sé cómo, no sé por qué, pero hay paz. No me lo explico. Solo sé que detrás de esto está Dios. Tiene que ser él! Porque no sé qué voy a hacer, no sé a dónde voy a ir, no lo sé! Solo sé que hay un norte que él puso en mi corazón hace un tiempo atrás y hacia allá voy. El camino ya no parece tan claro, pero sé que él guiará mis pasos. Me está regalando este tiempo para engreírme, para alimentarme, para llenar y hasta rebosar mi copa, para confortarme, para amarme... amarme.
Dejo todas mis ansiedades en sus manos. Acepto su voluntad. Quiero que se haga Su voluntad... y no la mía. 


"Dios, tú eres un Dios bueno, buenísimo! Es momento de renunciar, entregar. Y me duele el corazón completo. Perdóname porque viví guardándome un poco de lo que te pertenecía. Gracias porque, aunque empieza difícil, esta etapa será de bendición. Moldéame y hazme una mujer conforme a tu corazón. Un mujer que te agrade, una mujer que te honre con todo lo que es. Estoy en tus manos, tú eres el mejor alfarero! Pero mientras tanto, en esta difícil transición, ahora que empieza todo y parece ser tan extraño, seca mis lágrimas, abrázame. Sé mi luz porque todo parece oscuro. Hazme sentir amada. Recuérdame que el dolor es pasajero. Que solo en ti se encuentra la verdadera felicidad, la verdadera paz. Solo en ti hay plenitud de gozo. Quiero estar sintonizada contigo, no con lo que el mundo me pueda ofrecer. Contigo, Dios. No pienso luchar más contra ti, porque ya ni siquiera tengo fuerzas. Levántame con tu mano poderosa. Prosigo a la meta. Tú vas conmigo. Tú eres mi gran amor. Te amo, Papito."


2 comentarios:

  1. Lo que más pena me da, es que no me podré despedir de ti :c te voy a extrañar mi querida Huebbie♥

    ResponderEliminar
  2. Podemos engañar a los demás, a nosotros mismos; pero nunca podremos engañar a Dios, el todo lo ve y todo lo sabe.

    Muchos de nosotros aún no hemos "definido plenamente" nuestra decisión de seguir a Dios, digo esto porque he visto ocasiones en donde hay personas que dicen lo correcto y predican la palabra de Dios, pero después al parecer se olvidan lo que dicen y actúan muy distinto a lo predicado. Esto demuestra que aún no tenemos definido plenamente nuestra decisión de seguir a Dios.

    No importando esto, Dios nos ama, él nos brinda muchas oportunidades que en ocasiones no sabemos aprovechar, es por esto que en estos momentos me pongo a reflexionar y pido a Dios que nos brinde esa sabiduría la cual nos permita no solo predicar su palabra, sino actuar tal cual es.

    Dios es un gran amigo en el que podemos confiar, no lo defraudemos, él nos ama.

    Gracias Diosito por permitir ver este blog y poder de una manera participar y expresar lo que pienso. Gracias por todo, gracias por permitirme tener el privilegio de tener con vida a mis padres y mi hermano; brindanos esa sabiduria la cual nos permita NO luchar contra ti y hacer tu voluntad. Gracias!!^^
    ---
    Luis V.

    ResponderEliminar