martes, 5 de enero de 2010

mamá, me duele!

Ayer tuve que ir al dentista. Ya no tengo brackets, pero de todas maneras voy a chekearme :) Fui para el blanqueamiento de dientes. El resultado: una linda sonrisa. El tratamiento: DOLOROSO. Jamás pensé que iba a doler tanto! Es una sensación horrible en los dientes; como cuando no estás preparado y muerdes con fuerza un helado de hielo. O como cuando alguien raspa un plato con un tenedor y te hace sentir 'cositas' en todo el cuerpo. Según la dentista, no todos los pacientes reaccionan igual. Algunos (como mi papá) no sienten nada. Otros (como yo) sienten todo. Influye el que tenga los dientes y encías demasiado sensibles. Es una vaina u.u
Y allí estaba yo, echada con un aparato que abría mi boca más de lo que jamás imaginé podía abrir y con una luz que no sé qué le hacía a mis dientes. Al principio no sentía nada, pero luego...ay Dios!
Sucede que estoy leyendo un libro llamado "El hombre celestial". Se trata de un cristiano chino, el hermano Yun, que sufrió pruebas que van más allá de mi imaginación y todo por causa de Cristo. Cada vez que leo las torturas a las que estuvo sometido no puedo más y lloro. Es sorprendente como a pesar de todo jamás renegó de Jesús, al contrario, le daba gracias. De hecho todo el dolor que sentía no se compara en lo más mínimo a lo que yo sentía en mis dientes ayer. Por eso en mi 'dolor' pensaba en este hombre y de alguna forma, me daba fuerzas. Pero en un punto no pude más y pedí que me quitaran el aparato.
Como siempre, en la noche leí un capítulo antes de dormir y creo que justo me tocó leer la peor parte. Él mismo narraba cómo lo torturaban, humillaban...me espanté. A la vez, me sentí tan avergonzada. El hermano Yun sufrió más de lo que puedo imaginarme...y jamás se quejó. Y yo frente a poco de dolor, cedí. Me puse a llorar y oraba a Dios para que me haga más fuerte (y valiente). Tengo muy en claro que Dios quiere que le sirva. Y esto no será fácil. La Biblia dice que como cristianos sufriremos persecución a causa de Su nombre...y yo no quiero ceder frente a un poco de dolor. Quizá lo que escriba para algunos suene algo 'exagerado'. Para mí no lo es. No sé que pasará mañana más tarde, pero estaré preparada a lo que venga. Con Dios a mi lado, ¿le voy a temer a la tormenta? Baaah, no más.

2 comentarios:

  1. 2 Corintios 4:17
    Amo tus entradas...Son bastante inspiradoras y tienes razón, no tenemos porque amilanarnos frente al dolor o sufrimiento. Jesusito también vivió en carne viva el dolor y soportó también la traición, pero aun así nos salvo a todos...nuestro dolor es una zapatilla en comparación ¬¬.

    Escribes muy bonito y tienes el toque para conmover espíritus ( por algo eres la Iluminada)ahh haber si algún día me prestas tu libro =D
    cuidate
    Kiri

    ResponderEliminar