lunes, 31 de mayo de 2010

30.05.2010

Lo voy a decir una vez más: me encantan los momentos de adoración los domingos en la iglesia :) y ayer fue increíble. No solo ese momento, todo en realidad.

Ayer me tocó dirigir un "mix" de tres de mis canciones favoritas: God of this City, How great is our God y How great Thou art. Cuando llegó el programa a mi correo el jueves pasado y leí las canciones que íbamos cantar, me dije: ya fuiste Debbie. Y no porque sean difíciles, lo dijie porque:
a) siempre que escucho, canto o tarareo God of this city se me caen las lágrimas,
b) How great is our God me trae demasiados recuerdos de un campamento misionero en Quito (lloré tanto esa noche)
c) How great Thou art es el himno más increíble que he podido escuchar y es mi favorito.
Tenía un poco de temor. Me dije: solo canta con todo tu corazón para el Señor y deja que sea Él quien trabaje y te use.

Llegó el domingo, llegaron las canciones. Empecé bien pero luego no pude más...lloré. Me decía a mí misma: Debbie, por favor! estás dirigiendo, mantén la compostura. Pero no podía. No podía contener la emoción que sentía en mi corazón. Reconocer que mi Dios es Dios de esta tierra, de este país y que cosas grandes van a suceder en mi Perú. Reconocer que mi Dios es grande y que un día todos lo verán y se postrarán ante su presencia. Reconocer que cada vez que le canto, mi corazón se regocija y se llena de emoción. Reconocerlo Rey Soberano, único y sabio Dios.

Me encanta la manera en que el Espíritu Santo trabaja. No tengo palabras para describir cómo me sentí ayer. Si estuviste allí me viste llorar. No sé cómo habrá estado mi cara, pero mi corazón no podía dejar de latir de la emoción, pues cantar y adorar a mi Padre es todo lo que en ese momento importaba y deseaba hacer.

Luego, la prédica. El pastor habló de las Murallas de Jericó, exactamente del momento en que el pueblo de Dios se preparaba para tomar esta ciudad (Josué 6) En resumen, aprendí que aunque a veces sienta que estoy dando vueltas a las "murallas" que se interponen entre eso que Dios me ha prometido que hará en mi vida y sienta que es en vano seguir andando, ese séptimo día llegará. Llegará ese día cuando tenga que gritar para que las murallas caigan, gritar con fe, gritar creyendo con toda mi alma, mente y corazón, que sí! Dios hará eso que ha prometido que hará. Por eso no me voy a desanimar, no voy a desesperar o fallecer. Él tiene el control. Mi Dios es más grande que mis sueños, Él sabe qué es lo mejor para mí y me lo dará en SU tiempo. Gracias, muchísimas gracias Dios...


pd. solo mencionar que sí finalizé la canción y terminó siendo un momento fantástico que creo jamás olvidaré :)



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