Gedeón.

Ha pasado mucho tiempo desde mi última entrada en el blog. La verdad número uno, es que siempre he tenido algo en mi mente para escribir. La verdad número dos, es que a veces me daba flojera.

He vivido mucho. He disfrutado todo. He aprendido cada día algo más. Y hoy tengo ganas de escribir UN MONTÓN, pero bueno, decidí solo coger un tema. Digamos que es el que tengo 'más fresquito' en mi cabeza (si me concoces bien, sabes que es mejor así... no tengo una memoria prodigiosa! jaja)

Ayer fui a una reunión de jóvenes. Ya había ido una vez pero, como siempre yo recontra piña, al llegar esa vez solo encontré a viejitos reunidos. Cómo es que decidí volver? mi 'nuevo amigo' ('nuevo' considerando que lo conozco oficialmente desde el viernes pasado...pero me cae tan bien :) me dijo si quería ir con él a la reunión. Dije que sí. Entonces llegó el martes y allí estábamos, en nuestra primera visita 'oficial'. Digo 'oficial' porque él, al igual que yo, también había ido una vez anteriormente, pero tampoco le funcionó. Cosas de la vida...y la lluvia. Al principio me sentía un poco extraña. Suelo ser algo tímida siempre que estoy en algún lugar desconocido, y pues ayer aún más! todo era alemán obviamente. Empezó la reunión y cantamos algunas canciones. Fue tan lindo cantar en alemán esa canción que en español dice: "Queremos darte gloria y alabanza, levantando nuestras manos, exaltándote Señor". Es preciosa.

Después de las canciones nos dividimos en grupos pequeños. En mi mente estaba pensando: genial, ahora no voy a entender nada! jaja pero gracias a Dios, no fue tanto así. Admito que mi mente divagaba por momentos, pero lo increíble es cómo Dios igual te habla.

Leímos Jueces 6:11-16, una parte de la historia de Gedeón. Creo que al punto que queríamos llegar era nuestra dependencia del Señor. En realidad, fue Dios quien tomó la dirección en la vida de Gedeón. Cuando Dios lo llamó, Gedeón se sintió inferior, sintió que no podía. Tenía una visión limitada. Como seres humanos, es muy cierto que solos no podemos, pero acaso no es que todo lo podemos con Cristo que nos fortalece? Claro que sí! Pero definitivamente a todos alguna vez nos entra el bichito del "no puedo" y juega con nosotros como le da la gana. La solución creo yo, está en poner día a día en práctica nuestra fe y dependencia en el Señor. Cuántas veces le he dicho: 'Dios, estás seguro? quieres que yo haga eso?'. Y es gracioso como aún muchas veces sabiendo que Dios quiere que hagamos algo, sabiendo la verdad de que con Él sí podemos, igual cuestionamos. El llamado de Dios es irrevocable. Si Él nos llamó, lo hace porque confía en nosotros, porque sabe que podemos, porque será Él quien nos dará todas las herramientas que necesitemos, porque será Él quien permanecerá a nuestro lado aún en los peores momentos y susurrará en nuestro oído: sigue adelante Hijo mío, tú sí puedes, Yo estoy contigo. Yo te elegí, yo te traje hasta aquí, nunca te dejaré, jamás te abandonaré. Acaso no es maravilloso?
Por otro lado, debo recalcar también la paciencia que tiene Dios para cada uno de sus hijos. A mí definitivamente me tiene paciencia. No soy terca, pero sí un poco miedosa. Igual el Señor siempre me recuerda que Él estará conmigo y que Él suplirá cualquier necesidad. Con todo esto a nuestra disposición, por qué no confiar en Él? Nuestra dependencia en el Señor debería ser tal que podamos vivir una vida plena, una vida llena de gozo y paz. Dios quiere lo mejor para ti y para mí, en todo sentido. Él quiere usarnos con nuestros dones y talentos para la extensión de Su reino. Estamos dispuestos? o la pregunta sería: creemos a ciegas que con Él sí podemos?
Mi respuesta es sí. Yo creo. Aún cuando no veo lo que está por venir, puedo confiar en un Dios que conoce lo desconocido y que quiere y ha planeado lo mejor para mí. Pruebas voy a enfrentar y aún gigantes se me van a cruzar, pero con Dios sí puedo...SÍ PUEDO.

Le doy gracias a Dios por su gran amor, paciencia y valor. Él lo es todo, definitivamente todo.